martes, 10 de noviembre de 2009

08/11/2009: Jasper

Vaya pedazo de pateo que me he metido entre pecho y espalda. Nada más y nada menos que 15 Km (aunque sospecho que al final fueron más) a través de la montaña, subiendo, bajando... vamos que ya he cubierto mi cuota de ejercicio para todo el año (¿no cuela?).

La ruta que escogí es la que está en el margen derecho del río Athabasca. Al principio tomé las carreteras (unos 2 Km) hasta llegar a la zona en la que empezaba la primera ruta. En Canadá las rutas están "más o menos" bien señalizadas. Te dan mapas con rutas numeradas y a medida que andas puedes ver esos números pegados en algunos árboles, aunque hay veces que no es fácil y hay que usar la intuición. Pero vamos, que no hay problema.



Bien prontito empecé la ruta.



Acercándome a la primera ruta, silbando sin parar, como Willie Fog.



Atravesando el río Athabasca por uno de los escasos puentes.

Lo más gracioso fue que pregunté en la oficina de turismo y me dijeron por donde ir y tal, y antes de irme, me dijeron "y léete esto". Era un folleto sobre qué hacer en caso de encontrarte con un oso (glups). Y son de esas cosas que es mejor no leer, porque decía que si te ataca un oso es por dos motivos: defensivos (protegen a su cría, o se han asustado) u ofensivos (tienen hambre y van a por ti). En el primer caso dicen que si un oso contacta físicamente contigo, lo mejor es hacerte el muerto, dejar que juegue un poco contigo y dejar que se vaya. Esos ataques suelen durar 2 minutos. "Si pasa de 2 minutos es que es un ataque ofensivo". Leñe. Y en ese caso dice que NO HAY QUE HACERSE EL MUERTO (qué lío) sino todo lo contrario, hacerle ver que no eres presa fácil, tirarle piedras, liarse a pegarle ladrillazos, palazos, la llave de la muerte, lo que sea, y si puedes subirte a un árbol o meterte en un edificio, mejor. Ya me imaginaba ahí zarandeado por el oso y mirando el reloj "un minuto 30 segundos, mierda, como siga más me lío a leches con el oso". Además en el folleto dice que combiene llevar un "spray anti-osos", no sabía ni que eso existía. Así que preferí seguir la sección de "cómo evitar a un oso" y dice que debes ir dando palmas, haciendo ruido, hablando, cantando, para que el oso vea que eres humano y se aleje antes de encontrarse. Así que ahí me ves como un loco hablando conmigo mismo por el bosque, o cantando cancioncitas inventadas.



Comienza la ruta por el bosque misterioso.



Poco a poco la cosa se iba empinando (me refiero a la pendiente del camino, leñe).



Por el camino me encontré unos "aspen". Aunque parezca mentira todo lo que se ve en la foto es UN SÓLO ÁRBOL. En realidad comparten las raíces y todo lo que parecen árboles son en realidad como ramas del mismo árbol... increíble.

Siguiendo por la ruta llegué a lo alto de una montaña desde la que se veían unas vistas preciosas, aunque también hacía un frío que pelaba. Allí vi un águila enorme no muy lejos, pero no la pude pillar con la cámara. Esta es una de esas zonas "intuitivas" donde en teoría, no había otro camino más que volver sobre mis pasos. Pero me puse el disfraz de indio (perdón "persona de primera nación") y localicé unas huellas de gente y unos grupitos de piedras que parecían indicar el camino y efectivamente, medio escondido, encontré el camino de bajada.



Las vistas desde la cima de la montaña.



Desde arriba se veía el lago Beauvert, el siguiente objetivo.

Después de seguir la ruta de la montaña me dirigí al lago Beauvert ("verde bonito" en francés) y la verdad es que hace honor a su nombre. Es un lago precioso y de aguas claras, en parte porque no se nutre de glaciares sino de puro deshielo. Algunas de las fotos que tomé parecen postales.



El lago Beauvert.



Este lago te hacía "reflexionar" (porque se ven muchos reflejos, ¿no lo coges? vaya...).



Arbolitos reflejados en el agua.



Algún gracioso que pintó una carita sonriente en la nieve (ah, no, que fui yo).



Las bonitas aguas verdosas del lago Beauvert.



Las rutas de trekking rodeaban los lagos, convirtiéndote en espectador de primera fila.



Por el camino me encontré a un amigo. Es época de recolección de frutos secos para el invierno así que yo creo que la cara que pone la ardilla no es de "hola amiguito" sino "que te pires".



Vistas desde el otro lado del lago, cerca del hotel Fairmont (cómo no).

En el hotel Fairmont (parece que esta gente tiene todos los hoteles chulos de la zona) paré a comer una ensaladita que me compré. Sí, sí, aparte de pizzas y porquerías (que también), además como ensaladitas. Cuando vi la caja me mondé de risa. Se supone que era una "ensalada española"... ¡con habichuelas! ¿dónde se ha visto eso? En fin, lo de siempre, que España sigue siendo una provincia de México.



La auténtica y genuina ensalada española... no quiero pensar cómo harán aquí la tortilla.

Después de comer seguí ruta hacia los lagos Edith y Annette. En el mapa decía que había "playas" así que, decidido, me encaminé a desvelar ese curioso misterio. ¿Playas en Canadá? Anda, anda.



Camino de los lagos había otro más pequeño, el lago Mildred, que estaba commpletamente helado. No sé porqué unos lagos se hielan y otros no, tendré que preguntarlo.




El lago Annette, con un precioso embarcadero.



Cielos, ¡es verdad que hay playas! Pequeñitas pero playas al fin y al cabo.



Junto al lago Annette estaba el lago Edith.



Aquí leyendo un ratito en la playa del lago Edith.

Y esto es Jasper. Mañana toca descanso y pasado mañana... ¡rumbo a Vancouver y el Pacífico!


2 comentarios:

  1. Sigo pensando que es impresionante todo lo que nos estas mostrando. Un sitio bonito para visitar, lastima que me haya tocado una mujer tan friolera :-)

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  2. Pero Xompeee, la idea es que tú la calientes... térmicamente hablando claro.

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